La Discapacidad -basada en la definición de la Clasificación Internacional del Funcionamiento (CIF)- es un concepto dinámico en que las características propias de las personas interactúan con el entorno. Estas características presentan alguna o algunas deficiencias en las funciones y estructuras, existiendo una limitación en la o las actividades que restringen la participación.
Es así, como se establece que estas características se convierten en discapacidad como consecuencia de la interacción de la persona con un ambiente que no le proporciona el apoyo que contribuya a reducir sus necesidades funcionales. Además de las capacidades de las personas, será el entorno el que facilite o dificulte su participación. De esta forma, podemos hablar de una situación de discapacidad, en donde la participación va a depender de la situación, contexto y/o recursos disponibles para igualar las capacidades de funcionamiento a las demandas de las actividades.
Existen diversos tipos de discapacidad, que podemos agrupar según su origen.
Según se refiere en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V) la DI es un trastorno que comienza en el periodo de desarrollo y que incluye limitaciones en el funcionamiento intelectual (razonamiento, resolución de problemas, planificación…), como también en el comportamiento adaptativo (según la etapa del desarrollo) en los dominios práctico (referente al cómo hacer), social (interacción) y conceptual (lenguaje, cálculo, etc).
Creemos y queremos ir más allá de esta categorización. Las personas somos muy diversas, indistinto de si existe o no alguna situación que acompañe nuestras vidas. A lo largo de nuestra experiencia en el trabajo con personas en situación de discapacidad intelectual, nos encontramos con muchas más cosas de las que nos presentan los manuales o definiciones. Creemos en el respeto de la individualidad, el derecho a la participación y la igualdad de derechos. Nuestro norte, es proporcionar espacios de educación, formación y participación en donde cada uno de nuestros niños, jóvenes y adultos pueda desenvolverse con la mayor autonomía posible, entregando los apoyos necesarios y adecuados para lograrlo.
Sabemos que esto va más allá del aula o talleres; debe ser un trabajo en conjunto con las familias y cuidadores, quienes conducen en gran parte la formación de nuestros participantes. También, deben generarse más políticas públicas que resguarden y permitan el desarrollo integral y la participación de este colectivo.
¿Quieres conversar sobre el tema? Escríbenos a fcontreras@anadime.cl