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USTED NO LO DIGA

A través del lenguaje interactuamos con el mundo y nos relacionamos con otras personas. El buen uso de nuestro lenguaje, muestra nuestra apertura a distintas realidades; realidades en que muchas veces las personas con discapacidad son puestas en segundo plano, en donde decimos y hacemos por ellos sin detenernos a escuchar o a entender sus necesidades. 

A continuación, les dejamos un pequeño glosario que recoge algunos de los términos que más se usan al tratar de referirse a las personas con discapacidad y cuáles sugerimos usar en su lugar.

Desde la Convención Internacional por los Derechos de las Personas con Discapacidad se acuñan los términos “Persona Con Discapacidad” (PcD) y “Persona en Situación de Discapacidad” (PsD). Otros organismos internacionales como la CIF y la OMS, también usan el término PCD y en nuestro país, el Servicio Nacional de la Discapacidad – SENADIS, usa el término PsD. Desde el 2005, surge una nueva corriente conceptual que propone el uso de “Diversidad Funcional”, buscando ampliar el término y desligarse del sesgo peyorativo que los términos anteriores pudieran tener desde la sociedad.

Cuando usamos términos como “capacidades especiales” o “capacidades diferentes”, intentamos sonar no tan duros u ofensivos, pero ¿con qué? ¿qué tiene de malo tener discapacidad como para esconderla o no poder mencionarla?

Todos tenemos las mismas capacidades (potenciales, en desarrollo o efectivas), como también todos tenemos las mismas necesidades (comer, dormir, ser amados, seguridad) que cuando no existen barreras en el entorno, se pueden satisfacer.

Por otro lado, si una persona es un “ángel” o es “especial”, no es por tener o no discapacidad. Es otra forma más de evitar el término, y que muchas veces puede ser perjudicial, porque también los posiciona en  otra categoría, que no es igual a la de todo el resto, podría resaltarse más la existencia de diferencias en sus características y determinar un trato que no es acorde a la edad o a la situación de la persona.

Para referimos a un tipo de discapacidad específica, se sugiere hablar del origen de esta anteponiendo el término mencionado anteriormente “Persona con Discapacidad”; “Persona en situación de Discapacidad” y “Persona con Diversidad funcional de origen…” , así, los distintos tipos podrían ser referidos como “Persona con Discapacidad Intelectual”, en vez de “retrasado” ;  “Persona con Discapacidad Visual”, en vez de “ciego”; “Persona en situación de discapacidad física”, en vez de “paralítico” o “lisiado”; “Persona con discapacidad psiquiátrica” en vez de “loco” o “trastornado”. 

Si buscamos referirnos a un diagnóstico en particular, se sugiere decir “Persona (niño, adolescente, adulto) con Síndrome de Down”; “Persona con trastorno bipolar”; “Persona con parálisis cerebral”, etc.

Y por último, al referirnos al tener o no una discapacidad, es importante no calificar con términos que asuman un sentimiento de pérdida o impedimento. La discapacidad es una condición que acompaña la vida o momentos de la vida de una persona y que pueden o no significar una limitante en sus actividades o participación, por lo tanto, no podemos asumir que la persona a quien nos referimos esté en constante sufrimiento por sus características.